El caso de fraude científico que me gustaría comentar, pese a que no es nada cercano a mi campo de investigación, es el de Francesca Gino, de la universidad de Harvard.
Más concretamente, se trata de un caso de fabricación y alteración de datos, aunque se podrían argumentar otras malas prácticas como los títulos o hipótesis sensacionalistas.
Muchos de los estudios publicados, en los que Francesca era co-autora, presentaban una muy elevada relevancia estadística. Para intentar contextualizar como de pronunciada es esta elevación, es usual aceptar como ciertas hipótesis cuando el valor p del análisis estadístico realizado es inferior a 0.05. En las publicaciones de la autora, los valores p eran menores de 0.00001. Un valor tan bajo asegura casi con total seguridad de que la hipótesis estudiada es correcta. No es nada habitual obtener valores p tan bajos.
Debido a estos resultados tan extraordinarios, varios investigadores los pusieron en duda y sospecharon de su veracidad. Para intentar confirmar o desmentir sus sospechas, consiguieron obtener los datos originales en los que se basan los estudios publicados. Tras un análisis a simple vista, se notaba que había datos que parecían alterados, al no seguir estos el mismo orden que los demás datos, o presentar respuestas como “Harvard” a la pregunta “¿en que año académico te encuentras?”. Marcaron estos datos como sospechosos, y tras realizar los mismos análisis estadísticos que en los estudios publicados, se dieron cuenta que sin los datos alterados, no había una importancia significativa de los resultados.
No estaba claro si este fraude fue perpetrado por Francesca o por alguien más, pero la universidad de Harvard le puso en “administrative leave”, y posteriores investigaciones internas confirmaron el fraude.
La misma universidad de Harvard pido que se retiraran las publicaciones de Francesca al presentar estas datos manipulados.
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